Visiones
La batalla en la Puerta dorada (Golden Gate)
Mientras estábamos adorando con un pequeño grupo de creyentes en Washington D.C., entrando en Shabat el 8 de enero, comenzamos a profundizar en la adoración y Fui llevado en el Espíritu a Jerusalén, a los pies de la puerta dorada (Puerta Este) frente al Monte de los Olivos, al otro lado del valle de Josafat. Mientras observaba la belleza del Monte de los Olivos al atardecer, el Espíritu Santo llamó mi atención a lo que estaba sucediendo en el valle de Josafat, debajo de mí.
Lo que vi fue una batalla furiosa. Vi a los ángeles de Adonai viniendo de los cielos desde el sur como relámpagos.Como si se teletransportaran a la tierra. Entonces vi otro ejército, este era de fuerzas demoníacas, marchando desde el norte, en parte, era humano, animal y parte espiritual. Se encaraban contra los ángeles de Adonai, en un gran enfrentamiento. Los ángeles de Dios llevaban enormes espadas, usaban una sola mano para blandirlas y cuando golpeaban a las fuerzas demoníacas, inmediatamente, se disipaban en el aire. La guerra fue muy intensa, pero los ángeles salieron ilesos y avanzaron victoriosos. Escuché la voz del Padre diciendo que yo estaba viendo la lucha por el destino de América.
El León de Judá Ungido
Luego fui llevado en el Espíritu al estanque de Siloé (Juan 9:7) que aún se encuentra en la ladera sur de la Ciudad de David, en lo que hoy es la antigua Jerusalén. Las aguas eran cristalinas y sentí que el agua se derramaba sobre mí, como una unción de arrepentimiento y proceso limpieza. Sabía que era un ejemplo paralelo a lo que Adonai está haciendo con el remanente global en esta temporada, purificando a la novia. Entonces, sentí poner mis manos sobre mis ojos y empecé a cantar el Shemah Israel. Mientras lo hacía, inmediatamente sentí que mis ojos ardían como el fuego y oí a Adonai decir que era hora de recibir una nueva visión de lo que ve sus ojos. Este proceso de limpieza, arrepentimiento y adoración fue la clave para que mis ojos se abrieran a lo que Adonai estaba viendo, en lugar de ver lo que el mundo ve. Después de eso fui llevado en el espíritu a la fuente de Gihon. De hecho, todavía se encuentra en la Ciudad de David, dentro del Monte Sión, en lo que ahora es un estanque vacío fue el lugar del ungimiento del Rey Salomón, Rey de todo Israel (1 Reyes 1:33). El manantial de Gihon una vez fluyó llenando el estanque, pero después que fue desviado causó que el estanque se secara. Puedes ir allí hasta el día de hoy. Yo estaba parado allí y lo que vi fueron las enormes piedras que alguna vez formaron parte de la fortaleza que guiaba el paso de las aguas del Manantial de Gihon, ellas eran la fuente de vida de Jerusalén. Adonai me recordó que esas piedras fueron puestas allí por los gigantes de la tierra extintos en la actualidad, Él me hacía recordar esto como diciendo "mira ahora que incluso lo que construyeron está en ruinas". Luego me dijo que lo mismo está sucediendo ahora en América. Mucha gente tiene miedo de lo que los gigantes (Google, Apple, Facebook, Amazon) han construido, pero ahora ellos serán llevados a la ruina por Elohim.

Después de eso vi la fuente de Gihon fluyendo una vez más en el lugar donde el Rey Salomón fue ungido, pero ahora las aguas comenzaron a llenar el estanque de nuevo y se elevaron hasta que la pequeña piscina se llenó hasta la cintura. Entendí que así habría sido el estanque de Siloé en 1 Reyes 1:38-39. Entonces el Espíritu Santo me preguntó, "¿Qué es lo que ves?" y en mi mente humana pensé que iba a ver al presidente Donald Trump siendo ungido allí, pero entonces el Espíritu Santo me preguntó de nuevo, "¿Qué ves? tal como le hice la misma pregunta al profeta Jeremías". Arrojé al suelo mis propios pensamientos terrenales, luego miré y vi al León de Judá saliendo de las aguas como si hubiera estado allí todo el tiempo y se levantó completamente de las aguas hasta que estaba literalmente de pie sobre el agua. Mientras el León de Judá se elevaba lentamente del agua, estaba siendo ungido por el Todopoderoso y vi que su melena, en vez de estar mojada y enmarañada, estaba en toda su majestad, con un collar de piedras preciosas y diamantes incrustados en oro alrededor de su cuello como si estuviera listo para gobernar las naciones. Escuché al Espíritu de Dios diciendo: Sí, hijo mío, estás en una época de transición de poder, pero no la transición de poder que creías que iba a suceder. Entonces en ese momento entendí que esta transición de poder en los Estados Unidos es que el Padre da al León de Judá una gran autoridad en los Estados Unidos, lo que es una lucha por el título de la tierra de América. Cada ruta que Donald Trump podría haber tomado se ha disipado, ahora él sabe como la gente de América, solo la intervención del Altísimo traerá la justicia y la rectitud en los Estados Unidos. No ha terminado, el León de Judá está llegando, así que prepárense familia del reino.
El Árbol de la Vida le abre paso al León de Judá
Luego fui llevado en el Espíritu a la colina donde se encuentra el Monumento a Washington en Washington DC. Cuando llegué, me impresionó inmediatamente la importancia de la colina donde está el monumento. En la cima de la colina vi una enorme puerta dimensional con 4 puertas, cada una orientada a uno de los puntos cardinales. Luego vi la mano derecha del Padre agarrando el Monumento a Washington con fuerza y sacándolo de la tierra, mientras lo desarraigaba, pude ver largas raíces malignas negras que salieron con él. Después de eso, estaba sobre el agujero que dejó el monumento a Washington, cuando vi la misma mano derecha del Padre sosteniendo una pequeña pepita de oro en su mano. El Espíritu Santo me dijo que era su semilla profética para América. Luego la colocó cuidadosamente en el fondo del hoyo recién formado, y con ambas manos movió la tierra devolviéndola al hoyo, que había sido desplazado causando que la colina tomara su forma anterior, antes de que el Monumento a Washington fuera sacado.

Después de eso, vi la semilla crecer rápidamente y de manera sobrenatural, se convirtió en un maduro y hermoso árbol de vida. Tenía sus ramas completamente desarrolladas, sus hojas verdes y llenas de vida. Poco después, noté que de un lado del tronco del árbol, muy cerca de las raíces, salía agua, como si fuera del corazón del árbol. El agua continuó creciendo hasta convertirse en un pequeño arroyo que fluía hasta el Monumento a Lincoln. Una vez que se llegaba al Monumento a Lincoln, entonces otro arroyo comenzaba a fluir desde el árbol en línea recta directamente al edificio del capitolio, seguido por otro arroyo hacia la Rosaleda de la Casa Blanca, y el último arroyo fluía directamente hacia el Río Potomac. Una vez que todos los ríos fluyeron a sus respectivos lugares, vi algo que salía del cielo. En ese momento estaba junto al Árbol de la Vida y un objeto venido del cielo se detuvo sobre el centro del árbol, era una plomada. Ella era la plomada de Adonai que estaba alineada a su trono. Cuando la plomada se detuvo, de repente el árbol de la vida desapareció, pero las corrientes de agua continuaron fluyendo desde el interior de la tierra donde estuvo el tronco del árbol. El árbol fue reemplazado por el León de la Tribu de Judá que estaba frente al edificio del Capitolio, con cada una de sus patas en los cuatro arroyos de agua. No me pareció que estuviera listo para rugir, correr o incluso caminar, pero estaba en la puerta de pie sobre las aguas, esperando su momento.
Actos proféticos
El árbol de los testigos
Después de recibir esta visión y compartirla con el grupo, todos sentimos del Espíritu Santo el ir al Monumento de Washington, dos días después, allí sentimos realizar un acto profético. Todos nos reunimos en el Monumento a Washington para orar y discernir cómo el Espíritu Santo quería que procediéramos. Quedó claro que el lugar donde debíamos hacer el acto profético fue en un árbol muy específico,un árbol junto a ese monumento, un árbol ancestral que se llama el árbol "Testigo" . Se dice que ha estado ahí por más de 100 años y está justo al lado del monumento que da al Monumento a Lincoln. Nos movimos al unísono hacia el árbol, a un par de metros del Monumento a Washington.
Éramos 12 en total. Uno de nosotros era de Israel, también se hallaba una mujer aborigen y un apóstol de los Estados Unidos, se arrodillaron cerca del árbol y juntos cavaron un pequeño agujero, añadieron algunas cenizas para fertilizar el suelo, luego dejaron caer 7 gotas de aceite de unción en el agujero, representando la semilla profética de los Estados Unidos. Luego taparon de nuevo el agujero con la tierra. Entonces declaramos Salmo 1:3 que los Estados Unidos "Sea como árbol plantado [y alimentado] junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará. [y llega a la madurez]". Comenzamos a orar y mientras mirábamos hacia la Casa Blanca, el árbol que tiene dos troncos que van en dos direcciones separadas señaló perfectamente hacía la Casa Blanca, justo delante de nosotros, recordándonos las dos ramas de olivo, los dos testigos de pie junto a la Menorah, añadiendo constantemente aceite para que el fuego nunca se apague. Desde allí, dimos la bienvenida al León de la Tribu de Judá que entra en Washington D.C. para ver el cumplimiento del destino de los Estados Unidos. Fue un momento muy poderoso para todos los asistentes, con la palpable presencia de Adonai, ya que todos nosotros nos mantuvimos unidos en un mismo sentir.
La Espada Flamante
Seguimos avanzando hacia la Casa Blanca, hacía el monumento de la Segunda División del ejército. El monumento es una mano dorada con un cordón de oro alrededor de la muñeca que sostiene una espada dorada de doble filo, mirando hacia arriba y que también está sujeta al cordón para evitar que la espada se caiga de la mano que la sujeta. En el pomo de la espada, donde la hoja y el mango se unen, hay una estrella de cinco puntas con la cabeza de un jefe nativo americano en el centro de la estrella. Cuando empezamos a orar, sentimos del Espíritu Santo que el simbolismo de la espada estaba muy relacionado con los nativos y aborígenespero también al destino profético de los Estados Unidos. Debido a esto, las personas que eran aborígenes comenzaron a orar en ese lugar, mientras lo hacían dos personas tuvieron una visión.

La primera visión fue la de la espada flameada siendo sumergida en la Elipse, un campo abierto a unos 100 pies frente al monumento, en alineación a la Casa Blanca. En la segunda visión la espada flamante tenía un pergamino envuelto a su alrededor moviéndose en un movimiento circular escrito en letras hebreas, y mientras el pergamino giraba alrededor de la espada, dos letras hebreas, Aleph y Tov, Primera y Última, se volvieron doradas y salieron volando de la página. El pergamino era el libro de los Estados Unidos. La mano derecha de Dios vino del cielo, tomó la espada flamante con el pergamino de los Estados Unidos y los sumergió cerca de la Casa Blanca, en la piedra del Marcador de la Milla Cero que es el punto de partida de la medición de las carreteras de los Estados Unidos hacía la Costa Oeste, de mar a mar. Por último, la espada estaba conectada a las historias de Shammah y Eleazar, dos de los tres principales valientes de David en la Biblia. Uno de los cuales defendió un campo de lentejas él solo, derrotando al ejército de filisteos que intentaban pisotearla. El otro, Eleazar luchó y derrotó a otro ejército filisteo junto con el Rey David, después de que el resto del ejército de Israel huyera. La espada quedó congelada en la mano de Eleazar después de la batalla, al igual que el monumento de la espada flamante que está de pie ante nosotros (2 Samuel 23:9-12). Fue una epifanía y comenzamos a orar pidiendo que Adonai levantara a los Valientes de David (hombres y mujeres) que cumplen las promesas de Adonai y defienden a su ungido, sin consultar estadísticas, sino más bien, viendo la promesa, teniendo fe en que Adonai hará el camino.
Marcador de milla cero
Nos acercamos más a la Casa Blanca, de hecho, lo más cerca que se puede estar teniendo en cuenta las barreras actuales en el monumento del marcador de la milla cero. Sobre el marcador de la milla cero hay una rosa de los vientos incrustada en latón, con todos los puntos cardinales y apuntando hacía todas direcciones. Tocando la brújula, oramos para que el avivamiento se extendiera a los 50 estados de los Estados Unidose hicimos sonar el shofar mirando hacia la Casa Blanca.

Entonces uno de los apóstoles del grupo dijo que el marcador de la milla cero, que representa la piedra angular del país, "gracia, gracia a ella"una alusión a Zacarías 4:7 : "¿Quién eres tú, oh gran monte [de obstáculos]? Delante de Zorobabel [que reconstruirá el templo] serás reducido a llanura (insignificante); él sacará la primera piedra [del nuevo templo] con aclamaciones de: "¡Gracia, gracia a ella!"" Esta fue una representación de la montaña de obstáculos que se encuentra delante del destino de los Estados Unidos en este momento, al igual que lo hicieron ante Zorobabel que colocó la piedra angular del 2º Templo contra todo pronóstico. Cuando terminamos de orar y declarar la Palabra en el marcador de la milla cero, sentimos claramente por el Espíritu Santo que habíamos hecho lo que Adonai nos había dicho que hiciéramos, y regresamos cada uno por nuestro camino, a la espera de la próxima cita divina, marchando con las asignaciones de intercesión para todo Washington D.C.
Conclusión
La batalla continúa en pie mientras hablamosy no es momento de dejar de orar y de dudar, sino de presionar como nunca antes. Los ángeles están luchando la batalla en el plano Espiritualy nos corresponde a nosotros, aquellos que creemos que vale la pena luchar por el destino de los Estados Unidos, orar por la victoria de esta nación.
1 Reyes 1 se está jugando ante nuestros ojos. El León de Judá está siendo ungido por el Anciano de los Días para darle poder, legalidad y dominio sobre esta nación, así que debemos ser como Natán, el Profeta, y Betsabé, estando alerta de la hora y la temporada. Estando de acuerdo con Yeshua, el León de la Tribu de Judá, para ver que sus planes se lleven a cabo. Ahora es el momento de apelar al Rey de reyes, apelando al cielo en nombre del destino de América, recordándole que aún queda mucho más por cumplir en esta nación en su destino profético.
La manifestación del árbol de la vida es la Menorah, tal como lo describe Zacarías 4. Debemos permanecer firmes sobre las aguas, como lo hace el trono del Padre, cuyos fundamentos son la justicia y la rectitud (Salmo 89:14). La raíz del mal se vuelve ineficaz y es reemplazada por un árbol de la vida que produce la bondad y la justicia.

El León está en la puerta que da al Capitolio y Adonai está observando lo que está pasando. Él está de pie sobre las aguas vivas y debemos continuar alabando y adorando en Espíritu y Verdad, liberando el río de la vida que fluye de nuestro interior para que la gloria de Adonai se manifieste en la tierra así como en el cielo (Juan 7:38).
Como el Árbol Testigo, estamos siendo llamados a ser testigos de Yeshua,manifestando los dones del Espíritu Santo, como los hijos del aceite en Zacarías 4 que están constantemente rellenando la menorah para que la lámpara permanezca encendida. Que el fuego consumidor de Dios arda y brille sobre la tierra. A medida que vivamos en nuestra identidad en Yeshua y Él en nosotros, nuestro destino personal y nuestros destinos nacionales se cumplirán.

Debemos mantener nuestra espada afilada, liberando la palabra de Adonai sobre los Estados Unidos y manteniéndonos firmes en nuestra posición, como los valientes de David que no se dejan influenciar por lo que oyen y ven sus ojos, sino por lo que Adonai nos muestra y nos dice a través del Espíritu Santo confirmado por Su Palabra.
Por último, este es el momento para levantarse como el ejército del remanente alineados con la plomada. Al igual que Zorobabel puso la piedra angular del segundo templo y dijo "¡Gracia, gracia a ella!",la piedra fundamental de los Estados Unidos (Yeshua, Justicia y Rectitud) se está poniendo una vez más y tal como Adonai dijo de Zorobabel, a quien ungió para reconstruir el templo, ahora está diciendo lo mismo de nosotros y de su liderazgo ungido: "Las manos de Zorobabel han puesto los cimientos de esta casa, y sus manos la terminarán" (Zacarías 4:9). También aceptamos de buen agrado el consejo que le dieron a él, "No con fuerza, ni con poder, sino con mi espíritu, dice el Señor de los ejércitos" (Zacarías 4:6). La plomada en la mano de Zacarías es una plomada para la reconstrucción, y esa plomada está ahora sobre los Estados Unidos. ¡La justicia y la bondad están avanzando en América! ¡Adonai te bendiga y te guarde y no te preocupes, el León de Judá está aquí!